Sonar
20 años de Sónar
Los veinte. Esa edad en qué los cuerpos no han recibido el abrazo de la gravedad en la mayoría de sus partes. El zenit de la época del descubrimiento. El probar y probar todo lo que se ponga delante.
Los veinte. Esa edad en qué los cuerpos no han recibido el abrazo de la gravedad en la mayoría de sus partes. El zenit de la época del descubrimiento. El probar y probar todo lo que se ponga delante. Una bonita edad hormonada para los y las jovenzuelas, y una edad de diferentes connotaciones para un festival de música.Y es que el Sónar, el Festival Internacional de Música Avanzada, cumple dos décadas. Pero para él no significa disipar nuevas experiencias, sino la confirmación de su éxito. La madurez que carretea una maleta llena de saber hacer, de impoluta gestión y brillante trayectoria.
Sin duda, una importante conmemoración que el Sónar ha decidido celebrar como mejor sabe hacerlo, con un imponente cartel artístico. Aunque, la presente edición también tiene una importante novedad, referente al cambio de ubicación del mítico Sónar Día. El CCCB, en el centro de Barcelona, dejará de ser el escenario de la edición diurna del festival, y se trasladará hacia la Fira, en Montjuïc. Una modificación triste por lo intangible que representaba pasearse por los espacios del Centre de Cultura Contemporània, pero, por otra parte lógica, por los problemas de aforo y circulación vividos los últimos años. Pero, insistimos, la noticia sigue siendo el plantel artístico que poblará el Sónar en su vigésimo aniversario. Entre los destacados, los pioneros Kraftwerk, que vendrían a ser lo que es el Sónar en el mundo de los festivales, en versión grupo dedicado a la música electrónica. Su espectáculo en 3D ha generado mucha expectación e impaciencia entre el público. A ellos los acompañaran nombres nada desdeñables como el dúo electropop Pet Shop Boys, el mítico dj francés Laurent Garnier, los belgas Soulwax (versión en formato banda de los reyes del bootleg 2 many dj’s), o la primigenia banda de hip hop Jurassic 5.
Como siempre, el Sónar, a parte de los nombres rotulados con luces de neón, ofrece multitud de propuestas más tapadas, pero que merecen de toda la atención de los afanados en descubrir nuevos ritmos y sonoridades. Entre ellas reseñar la bellísima Bat for Lashes; los nórdicos Ólafur Arnalds Trio, que presentan una propuesta intimista y erizante; los catalanes ZA! con sus jam sessions llenas de energía; el siempre interesante Nicolas Jaar; los coloristas Gold Panda; o clásicos de los platos como Derrick May. Porqué uno de los grandes atractivos del Sónar es empaparse de propuestas desconocidas, pisar territorios indómitos y dejar que los sonidos refrescantes, introspectivos, sucios o burbujeantes nos perforen el alma y nos hagan volver a casa con nuevas inquietudes entre las sienes.
Puedes consultar toda la información relativa al festival aquí. (http://www.sonar.es/)