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Crónica Primavera Sound

Jueves

Una vez calentados los motores, ubicados los servicios, barras y escenarios, el público ya estaba preparado para el primer round: la jornada del jueves.

Una vez calentados los motores, ubicados los servicios, barras y escenarios, el público ya estaba preparado para el primer round: la jornada del jueves. 

 

Los grupos señalados eran muchos, todos éramos conscientes de que teníamos por delante una maratón de conciertos y gracias al tiempo engañoso que nos ha acompañado a lo largo de todo el festival, hemos podido recorrer los kilómetros que separaban un escenario de otro en tiempo récord, o protegidos del frío y del viento gélido nocturno bajo la carrocería de un Mini (y no me refiero a un vaso de litro de cerveza con nombre propio, si no al coche, uno de los patrocinadores del festival). 

 

Era la primera vez que veía a Wild Nothing y con él inauguré la jornada. Jack Tatum y los suyos salieron al escenario impresionados por las vistas y por el numeroso público que les estaba esperando, pese a ser las seis y media de la tarde. Tras un intento de “buenas tardes” en catalán, comenzaron a tocar “Shadows” y tras ella fueron desfilando canciones tanto de su último EP “Empty Estate” (2013)  como de sus LPs y EPs anteriores: “Nocturne” ,”Golden Haze” y “Gemini”. Canciones como “The Body In Rainfall”, “Ride”, “Summer Holiday”, “Gemini”, “The Blue Dress”, “Golden Haze”... sonaron limpias y muy bien ejecutadas, y cuando empezó a sonar “Paradise”, con el mar de fondo, el sol y la brisa marina (todavía no demasiado molesta y heladora), Wild Nothing nos trasladó a su pequeño paraíso particular de maravilloso dream pop, sintiéndonos todos un poco Michelle Williams y sus Rayban Wayfarer negras. 

 

Tras Wild Nothing y ya que de momento no domino del todo el don de la ubicuidad, llegaba el turno de elegir entre Manel y Tame Impala, eligiendo a estos últimos, que no eran cabeza de cartel pero casi, ya que muchos eran los que expectantes esperaban pacientemente a que la banda australiana, instrumentos en mano, demostraran que su rock psicodélico sonaba igual de bien en directo. Kevin Parker y el resto de la banda (Dominc Simper, Jay Watson, Cam Avery -sustituto del antiguo bajista de la formación: Nick Allbrook- y desde el año pasado, Julien Barbagallo) desgranaron a la perfección sus dos LPs “Innerspeaker” y “Lonerism”, y los asistentes pudimos entrar en calor a ritmo de “Apocalypse Dreams”, “Keep On Lying”, “Feels Like We Only Go Backwards”, “Mind Mischief”, “Solitude Is Bliss”... Y para comenzar a desgastar suela de zapatilla tuvimos “Elephant” y “Half Full Glass Of Wine”. Un concierto ameno y divertido en el que el quinteto australiano más que justificó su presencia en el festival y en el que sentenciaron que son un nombre a tener muy en cuenta  dentro del panorama musical actual.

 

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Finalizada la psicodelia de Tame Impala y tras haber recorrido la distancia entre el escenario Heineken y el escenario Primavera casi a la velocidad de la luz para poder llegar a tiempo, era hora de ver a la banda americana liderada desde hace tres décadas por J Mascis: Dinosaur Jr. La banda sigue siendo igual de fiel a su noise rock que Mascis a su pelo largo y a sus camisetas y ofrecieron un directo al que tildarlo de sublime es quedarse corto. No sólo se centraron en las canciones que forman su último álbum de estudio “I Bet On Sky” del que interpretaron “Watch The Corners” y “Rude” si no que también repasaron otros temas de su amplísima discografía como por ejemplo “The Lung” -canción con la que abrieron el concierto-, “Sludgefeast” -la encargada de cerrarlo-, ambas pertenecientes a su larga duración “You’re Living All Over Me” (de nada más ni nada menos que del 2005). “Feel The Pain” y “Start Choppin” nos pusieron nostálgicos por primera vez en el festival recordando los maravillosos años 90 y la incorporación de Damian Abraham de Fucked Up al escenario junto con una deliciosa y rápida versión del “Just Like Heaven” de The Cure pusieron el toque final a esta lección magistral de cómo saber envejecer sin perder la frescura y no morir en el intento. 

 

Llegaba el turno de la primera gran solapación del jueves, nos acercábamos a las once de la noche y era el turno de The Postal Service (uno de los cabezas de cartel oficiales de la jornada) en el escenario Heineken y de Deerhunter en el escenario Ray Ban, y me perdonaréis el atrevimiento, pero sin dudarlo puse rumbo al escenario más pequeño para ver a los de Atlanta defender su nuevo larga duración y en concreto comprobar si efectivamente Bradford Cox se pondría la peluca de gala para el concierto. Supongo que ya que la ocasión lo merecía no sólo lució su ya famosa peluca negra si no que también eligió como outfit para el concierto un vestido babydoll, de corte muy femenino y en tonos blanco y negro y yo sólo puedo decir que me encanta cuando Cox se pone excéntrico y que pese a su delgadez y altura, el look completo le quedaba muy bien. La banda comenzó enlazando “Cover Me (Slowly)” y “Agoraphobia”, de su aclamado segundo LP “Microcastle”, para continuar inmediatamente después con “Neon Junkyard”, primer corte de su último álbum “Monomania” y pese a que las grandes protagonistas de la noche fueron las canciones pertenecientes a sus álbumes anteriores, en concreto a esa obra maestra que es “Halcyon Digest” (con “Desire Lines” y “Don’t Cry” el escenario se les quedó pequeño y todos los asistentes entramos en una especie de pseudo trance inducido por la buena música), canciones como “The Missing”, “Blue Agent”, “Dream Captain” o “Sleepwalking” fueron defendidas muy bien por la banda y muy bien acogidas por el público. 

 

Pusimos rumbo rápido (si otra vez la maratón entre escenario y escenario) hacia el escenario Heineken rezando a todos los dioses de la música para que nos diera tiempo a llegar a ver algo de The Postal Service y nos encontramos con un lleno hasta la bandera (o lleno hasta la noria sería más exacto), y con los primeros acordes de “Such Great Heights” , el hit por antonomasia de la banda, y fin de fiesta del concierto. Decir que el público se entregó en cuerpo y alma en esta canción es no hacerle justicia, los miles y miles y miles de asistentes saltaban, cantaba, bailaban, se abrazaban... al ritmo de esta canción que es ya casi un himno del lado más pop de la indietrónica. 

 

Por último pero no por ello menos importantes, era el turno de los franceses Phoenix (también cabezas de cartel, sí), quienes empezaron fuerte, muy fuerte, con “Entertainment” (single de presentación de su último álbum “Bankrupt!”),  “Long distance call” y “Lisztomania”. Lástima que una vez que Thomas Mars y los suyos empezaron a interpretar el resto de canciones que forman su nuevo trabajo, éstos bajaron el ritmo notablemente, que no el nivel, pero sí pudimos comprobar que este nuevo aire que han tomado en “Bankrupt!” directamente no convence, (salvo “Don’t” y “S.O.S. In Bel Air”, que encajaron bien con el resto de hits de la banda) y que es necesario recurrir a los   ya clásicos anteriores como “1901”, “Lasso”, “Too Young” o “Consolation Prizes”

No obstante fue un concierto muy divertido y muy disfrutable por todos (Mars abrió la veda del crowdsurfing) y dada la intensidad del día, el número de conciertos visto y lo que nos quedaba todavía por ver (lo que un comúnmente se diría “y lo que te rondaré, morena”) diría más, un concierto necesario, como lo es el café de después de comer o de por la mañana. 

 

Se había ganado la primera batalla, pero no la guerra, todavía quedaban pendientes los conciertos de Fuck Buttons y Animal Collective, un directo difícil el de los primeros, y totalmente decepcionante el de los segundos. No obstante, en una balanza pesaban más las bandas que sí nos habían gustado que las que no, por lo que finalizamos la jornada del jueves con un balance más que positivo y sin agotar las fuerzas que nos quedaban pendientes de repartir entre los dos últimos días del festival. 

Texto Carla Linares
Fotografía Dani Canto
05-06-2013
Música