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Crónica Primavera Sound Viernes

Viernes

El viernes en un festival es un día raro. Con la resaca del jueves aun metida en tu cuerpo, la tercera jornada arranca y sin duda no quieres que se te vaya mucho la cosa de las manos porque todavía queda el sábado, también conocido como “el día grande”. Por lo que te encuentras en una especie de quiero y no puedo, asi que, sea lo que Dios quiera....

El viernes en un festival es un día raro. Todavía arrastras la resaca del jueves (eso si todavía no te dura la borrachera) y no quieres que se te vaya mucho la cosa de las manos porque todavía queda el sábado, también conocido como “el día grande”. Por lo que te encuentras en una especie de quiero y no puedo y que sea lo que Dios quiera. Inauguraban la jornada festivalera a las cuatro y media de la tarde la banda madrileña Celica XX en el escenario Smint, quienes ofrecieron un directo rápido y deliciosamente ruidoso y si ya de por sí antes tenía ganas de entrevistarles, tras este concierto el apetito se ha hecho mucho mayor. Inmediatamente después había que poner rumbo al escenario Primavera, ya que los sevillanos Pony Bravo  se disponían a ofrecernos su delicioso flamenco groove con toques funk. Pese a haberlos visto ya en directo en varias ocasiones, la elección de Pony Bravo fue más que acertada, como siempre la banda estuvo divertida y entregada pese a que dadas las tempraneras horas de la tarde la sobriedad del público era más que manifiesta. De su nuevo LP, “De palmas y cacería” sonaron ‘Turista ven a Sevilla’, ‘El Político Neoliberal’, ‘Zambra de Guantánamo’, ‘Eurovegas’, o también ‘Mi DNI’, encargada de poner punto final a su actuación, pero tampoco se olvidaron de sus trabajos anteriores “Un Gramo de Fe” - tanto‘La Rave de Dios’ como ‘China da miedo’ siguen siendo temas inmensos y muy de agradecer en el directo - y “Si Bajo de Espalda No Me Da Miedo”. Gracias a los sevillanos tuvimos un empiece perfecto de la jornada del viernes, su concierto fue una mezcla de fiesta de plaza mayor de pueblo pero mucho más cool y algo más macarra. Casticismo puro y duro, mezcla de (como citan ellos mismos en alguna de sus canciones) los Doors y Triana. Tras ellos, en el escenario Ray Ban, un Nick Waterhouse muy bien acompañado por su banda y dos coristas que levantaron pasiones entre algunos asistentes (había una corista más guapa que otra, pero no vamos a hacer el feo de señalar), aumentó aún más nuestras ganas de festival y de bailar a ritmo de rock & roll y con mucho swing. Vestido impecablemente, camisa blanca bien planchada y bien metida por dentro del pantalón, el joven californiano interpretó casi al completo su álbum de debut “Time’s All Gone”, repasando hits tales como ‘Is That Clear’, ‘Some Place’, ‘(If) You Want Trouble’, la maravillosa ‘Rania’, ‘Don’t You Forget It’, dejándose olvidada poco a poco la timidez con la que comenzó el concierto y creciéndose poco a poco con cada canción, terminando su homenaje a lo añejo con una versión mucho más que decente del ‘It’s Your Voodoo Working’ de Charles Sheffield. Sin haber llegado a los treinta y con sólo un LP a sus espaldas, Nick Waterhouse confirmó con su directo que ha venido para quedarse y que tanto su nombre como su música seguirán sonando (esperemos) que por mucho tiempo.

Casi sin darnos cuenta ya nos encontrábamos más cerca de la noche de lo que pensábamos, y la siguiente actuación programada en nuestro plano era la de los ingleses Django Django, primer concierto multitudinario de la jornada. Frente a un súper poblado escenario Heineken y con camisas a juego, el cuarteto presentó su primer y aclamado  álbum de estudio de nombre homónimo al de la banda. Entre otras, ‘Hail Bop’, ‘Zumm Zumm y ‘Life’s a Beach‘  sonaron limpias y fielmente interpretadas y pese a una entrega casi total del cuarteto, sólo con los hits ‘Default’ y ‘WOR’ se vio una respuesta a la altura por parte del público. Espero que no nos lo tuvieran muy en cuenta, ya que en ambas canciones la entrega por parte de los asistentes fue total, saltando y bailando y olvidando por completo el cansancio que ya arrastrábamos de los días anteriores. La primera carrera del día de un escenario a otro llegaba de la mano de The Breeders, programada su actuación en el escenario Primavera a las nueve y media de la noche. Respetamos y admiramos mucho a Kim Deal por haber sido bajista de Pixies y por ese discazo que fue “Last Splash” y la formación ofreció un concierto muy respetable, disfrutado sobre todo por los fans de la banda y por los fans de este momento revival los 90 en el que parece ser que nos encontramos. Con ‘Divine Hammer’ me volví a encontrar con mi yo adolescente vestida con camisetas tye die, luciendo ombligo, colgantes de cuero negro bien apretados en el cuello y enamorada del amor en general, aunque fue la esperada ‘Cannonball’ quien se llevó las glorias y los coros de casi la gran mayoría del público. Un concierto para recordar aquellos maravillosos años 90, cuando todos éramos no se si más felices, pero sí desde luego más grunges.

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Posteriormente a The Breeders llegaba la primera gran solapación. El mundo es un lugar cruel a veces, que hace que coincidan The Jesus And Mary Chain y Local Natives, teniendo que renunciar al directo de estos últimos para comprobar si los escoceses habían envejecido tan bien como su música. No solamente han envejecido bien, cito a un buen amigo mío y añado: “Jesus And Mary Chain se han convertido en honrados padres de familia a los que dejaría a cargo de mis hijos”. Ofrecieron un concierto en el que no faltaron sus hits de toda la vida, cantados y coreados (algunos recordaban las letras de memoria, otros hacían lo que podían) por un público con una entrega que estaba a años luz de la entrega de la banda. ‘Reverence’, ‘Psychocandy’, ‘Sidewalking’, ‘Happy When it Rains’, ‘Darklands’... fueron tocadas magistralmente pero con la sensación de como quien recita de memoria la lista de preposiciones, la de los reyes godos (si eres una de esas mentes privilegiadas que se las sabe) o el padrenuestro. No obstante, pese a la aparente falta de ganas por parte de la banda, - a Jim Reid sólo se le vio un poco animado cuando apareció Bilinda de My Bloody Valentine para acompañarle a las voces de ‘Just Like Honey’ -, fue una maravilla el poder verles tocar y volver a revivir canciones que al igual que el primer beso, forman ya parte de nuestra historia y de nuestra vida.

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Para la siguiente actuación debería de haber un redoble de tambores previo anunciándola, dada la expectación que había puesta en ella. Gente acampando cuales indignados en las primeras filas del escenario Heineken desde que se abrieron las puertas del recinto del Fórum a primera hora de la tarde anunciaban que el esperado directo de los ingleses Blur se acercaba peligrosamente.

Tras un mini concierto sorpresa desde la zona VIP anexa al escenario de The Wedding Present, Damon Albarn, Graham Coxon, Dave Rowntree y el siempre guapo hasta rabiar Alex James (perdón por este momento grupie / fan) salieron al escenario dispuestos a no dejar títere con cabeza (en mi caso casi fue literalmente al ser la única víctima de un golpe de lata de cerveza de contrabando en la cabeza lanzada  más o menos desde Francia). Los acordes iniciales de ‘Girls & Boys’  desataron ya desde un primer momento  la locura y la euforia de todos y cada uno de los asistentes y tras ella la siguieron ‘Popscene’ y ‘There’s No Other Way’, enlazadas a la perfección una tras otra y sin dejarnos apenas descanso para poder reponer líquidos ni recuperar fuerzas.

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Continuaron con otro de sus himnos y una de mis favoritas de toda su discografía: ‘Beetlebum’, cantada hasta llegar casi a la rotura de las cuerdas vocales y que fue la encargada de inaugurar el momento mid - tempo del concierto, con un Damon Albarn  derrochando carisma y encaramado a las vallas de contención, bien sujeto por los pantalones por el personal de seguridad, que cantó arropado por cientos de manos que intentaban tocarle y llevarse un poco de su ADN. Era el momento de ‘Out Of Time’, ‘Trimm Trabb’ y ‘Caramel’. Finalizada la adoración al líder de la banda, llegó el momento de compartir un poco ese protagonismo con el resto de los componentes, y Graham Coxon se arrancó a cantar ‘Coffe & TV’, canción también más que coreada por todo el público, mientras recordábamos a ese adorable cartón de leche que buscaba desesperadamente a Coxon por las peligrosas calles de la gran ciudad. ‘Tender’ - canción también cantada a su manera por la multitud - , fue el último momento de pseudo reposo concedido por los ingleses, quienes se reservaron para el falso final (sí, era un concierto que pedía a voces bises y efectivamente los hubo) ‘Countryhouse’, ‘Parklife’, ‘End Of A Century’ y ‘This Is a Low’. Un repaso bastante completo a su trayectoria, al más puro estilo “greatest hits” que finalizó en los esperados bises con ‘Under The Westway’, ‘For Tomorrow’, esa obra maestra que es ‘The Universal’ y la pinchada hasta la saciedad y el sangrado de tímpanos ‘Song 2’, un fin de fiesta apocalíptico en el que más de uno y más de dos temieron por su vida y por su integridad física,  pero qué sería de un gran concierto sin esos pequeños temores, perdería parte de su encanto.

Texto Carla linares
10-06-2013
Música