AlunaGeorge
Una de la voces femeninas más sexys de Gran Bretaña, Aluna Francis, y su camarada George Reid, dicen que su último disco, “Body Music” (Universal / Island 2013) es relajado, idóneo para escuchar entre las cuatro paredes de tu habitación, un trabajo que busca hacerte pasar un buen rato. Nosotros más bien venderíamos el alma porque nos pusieran alguno de los temas que conforman este “Body Music” alguna noche mientras estamos de guateque. Mientras tanto, disfrutemos de los temas pegadizos y futuristas de este dúo revelación desde casa, y escuchemos qué tienen que contarnos sobre su candoroso R&B.
Una primera escucha ya produce una reacción casi erótica, pero George, la media naranja que pone el zumo de la producción, no sabría muy bien cómo describir su creación: “Es difícil definir mi sonido. Tan sólo plasmó mis ideas en la música. Intento crear algo diferente siempre… Todo depende del contexto en el que estoy produciendo”.
Sus temas están llenos de ritmos nerviosos, latidos fulminantes y un buen rollo vagamente inquietante. George tiene un talento bestial, y simplemente ha decidido aprovechar un momento de la escena musical, en el que los productores parecían temer arrojarse al abismo para poner en marcha algo que se salga de la pauta. Con influencias como Timbaland y The Neptunes, George conoció a esta mulata de voz aniñada cuando le hizo un remix del tema “Sweetheart” para su grupo “My Toys Like Me’s.”: “El remix me dejó muy sorprendida, porque suponía escuchar mi voz de otra manera, en otro estilo, fue genial. Me encantó como resultó mi voz con su producción. Después de sacar el vídeo de “You Know You Like It” mucha gente lo vio y lo escuchó. Notamos que calábamos en mucha gente. A partir de ese momento, el público empezó a venir hacia nosotros y a darnos su apoyo. Realmente fue un gran momento para nosotros. Otro momentazo fue a principios de este año, cuando anunciamos la publicación del álbum, y por supuesto, la nominación de la BBC Sound 2013, donde quedamos segundos. Eso fue genial porque no nos lo esperábamos. Somos unos afortunados, la verdad”, confiesa Aluna.
Además de suerte, tienen capacidad, y junto a artistas recientes como Grimes, Nite Jewel, Disclosure o Purity Ring, están abanderando la metamorfosis del sonido, uno sonido en el que la tendencia se enraizada en el R&B y el pop de almíbar que azucaraba las ondas de radio cuando ellos aún estaban casi en etapa pre-puberal. Justo el estilo que la generación indie previa rechazó por completo. En este caso, Aluna nos cuenta que el infractor fue George: “La verdad es que yo rechacé el R&B durante un tiempo, lo confieso. Cuando empecé a trabajar con él, yo aún estaba tratando de hacer y ser otra cosa. Pero la verdad es que estaba tan dentro de mí que nuestra música acabó sonando a eso, casi sin quererlo. Ahora estamos muy contentos por poder sacar nuestro disco. Hemos trabajado mucho y cada canción tiene una historia que contar. Hemos compuesto catorce canciones con las que estamos muy satisfechos y contentos con cada una de ellas. El álbum tiene un sonido realmente bueno”. Así nos lo puede confirmar el tercer tema de este trabajo de debut, “You Know You Like It’’ , un trallazo poderoso que recrea una atmósfera sintética espeluznante muy al estilo The Knife, pero con un pop que brilla sobre todas las cosas. Francis te susurra en el estribillo “Sabes que te gusta/ pero te asusta la vergüenza”, en lo que podría ser una clara alusión a ese pop mainstream que ella y Reid tanto adoran. Y en “Bad Idea”, otro de los temas, el dúo de sonido excitado se mece bajo la voz quebrada de la bella Aluna, protagonizando un sonido bass menos denso y más iluminado por el synth-pop.
Pero donde realmente encontramos la esencia de Aluna George es sin duda en “Attracting Flies”, tema que cuenta con una producción excelente, limpia, sofisticada , marca de la casa de George y que contrasta con una lírica de Aluna más soul que nunca, brillando con una fuerza natural que pone el broche de oro a un tema dedicado a una historia verídica con su exnovio. Es esa sinergia el armamento que acoraza a este dúo prometedor. Y que se puede ver en la canción que da título al disco, la homónima, “Body Music”: “No es simplemente una canción normal, si no que es algo más experimental que puede no gustar a la primera. Nos encanta el estilo que tiene y el nombre tiene un significado más emocional. Cada canción tiene sus particularidades y sus cosas”, cuenta Aluna.
Y así, por pura serendipia, sigue adelante esta aventura musical que, tras paradas como Sónar o Glastonbury, se presenta con un periodo estival más que ajetreado: “Queremos dedicarnos a hacer conciertos. Durante el año pasado estuvimos haciéndolos, pero es ahora cuando tenemos tiempo para viajar y tocar. Antes el álbum no estaba acabado, pero ahora sí y queremos concentrarnos en la gira. Queremos ir por el mundo y hacer disfrutar a la gente. Ahora no tenemos que pensar en la producción del disco. Cuando supimos que hemos vendido más de 100.000 copias del último single, “Attracting Flies”, no nos lo podíamos creer. Nuestra música es un híbrido un poco extraño, nunca imaginamos que triunfaríamos así. Estamos muy contentos”, confiesan.
En realidad, es una historia bastante común en nuestros días: dos amigos de veinticuatro años, con inquietudes, se juntan en una habitación, que deciden ponerse un rato a juguetear con el Mac. De repente, se dan cuenta de que pueden hacer música, y muy , muy decente. E incluso abrirse un camino profesional paradisíaco, cobrando por disfrutar.
Algunos triunfan, otros se quedan a mitad del itinerario: AlunaGeorge tenían todas las papeletas para lo primero. Una voz complaciente y una producción impecable que revaloriza el R&B futurista y roza lo mejor de lo experimental. “Body Music”, que verá la luz el 29 de julio, irá por seguro, directamente al número uno, convirtiéndose en el tercer álbum de baile del año (de los gratos, queremos decir), junto al “Settle” de Disclosure y el “Hackney” de Rudimental. Si bien este dúo londinense no son Boards of Canada ni se aproximan a la sobredosis de sintetizadores de Com Truise, por qué no ceder, al menos por un momento, al placer culpable de todo aquello que contiene algo de sustancia comercial.