Lados

Magazine dedicado a la difusión de todo tipo de contenidos culturales; música, moda, arte y cine entendiendo cada una de estas disciplinas como una representación de las diferentes vías de expresión de la capacidad interior de múltiples personalidades

EELS

A estas alturas no creo que nadie dude de que Mark Oliver Everett es un genio. Después de la trilogía formada por el excelente y visceral “Hombre lobo” y los más irregulares y eminentemente acústicos “End times” y “Tomorrow morning”, “Wonderful, glorious” (E Works/ Vagrant, 2013), su décimo álbum de estudio, captura de manera brillante sus señas de identidad. El blues aguardentoso de “Hombre lobo”, el órgano Casio de “Beautiful freak” o la centelleante inocencia agridulce de “Blinking lights and other revelations” aparecen en un disco que crea algo nuevo con los mimbres del pasado.

A estas alturas no creo que nadie dude de que Mark Oliver Everett es un genio. Después de la trilogía formada por el excelente y visceral “Hombre lobo” y los más irregulares y eminentemente acústicos “End times” y “Tomorrow morning”, “Wonderful, glorious” (E Works/ Vagrant, 2013), su décimo álbum de estudio, captura de manera brillante sus señas de identidad. El blues aguardentoso de “Hombre lobo”, el órgano Casio de “Beautiful freak” o la centelleante inocencia agridulce de “Blinking lights and other revelations” aparecen en un disco que crea algo nuevo con los mimbres del pasado.

 

En el intento siempre inútil de entender al genio parece obligado, en su caso, mencionar su biografía. Si estás leyendo estas líneas, es muy probable que hicieras lo propio con “Cosas que los nietos deberían saber” (Blackie Books, 2008), el libro donde Mr E daba buena cuenta de su azarosa existencia y cómo, gracias a la música, consiguió sobrellevar la tragedia. Entre otras, la desaparición de su padre, el suicidio de su hermana y el cáncer de su madre que forjaron aquel oscurísimo “Electro-shock blues” (1998). Y es que nada como ese libro resume de manera tan gráfica la capacidad del artista para sobreponerse a los golpes de la vida. Cualidad condensada también estupendamente en los tres minutos que dura “Hey, man (Now you’re really living)”, canción incluida en el fecundo “Blinking lights and other revelations” (2005). “¿Sabes lo que es caer al suelo/ llorar todo lo que tienes dentro/ hey, tío, ahora estás viviendo de verdad. ¿Has hecho alguna vez el amor con una chica bonita?/ te hizo sentir que el mundo no es tan horrible/ hey, tío, ahora estás viviendo de verdad”. 

Necesidad o no, Mr E se ha ido reinventando una y otra vez a sí mismo (es el único miembro que permanece en el grupo desde su formación original). Así, “Daisies of the galaxy” (2000), grabado en mayoría en el sótano de su casa, fue el contrapunto luminoso y optimista a “Electro-shock blues”,  y con “Souljacker” (2001) llegaron la barba kilométrica y las pulsiones hard-rockeras, incluso desafiantes. Porque, a pesarde esa fama de “Mr Nice Guy”, del chico que se enamora de la chica con novio, como en la preciosa “That look you give that guy” (“Hombre lobo”), la música de Eels también tiene un componente moody, malhumorado y fiero. Porque E también puede estar listo para pelear si es preciso.

“Wonderful, glorious” suena a todo esto y más. No es un disco redondo, pero sí un disco de notable alto. El propio E, en plena promoción europea del álbum, nos llamó por teléfono para contárnoslo. Y aunque su música sea manifiestamente más elocuente que sus palabras, el artista nos dejó huellas de su genialidad y su seco y particular sentido del humor…

 

Musicalmente hablando, se trata de un álbum muy variado, quizá el más diverso de su carrera. Hay blues-rock (“Stick together”), ritmos de batería distorsionados (“Peach blossom”) e incluso aproximaciones a la psicodelia en “I am building a shrine”, que recuerda un poco a Rocky Erickson… “Bueno, es sólo la música que nos apetecía hacer. En realidad no encuentro ninguna relación entre este disco y los nueve anteriores”

En cuanto a las letras, Everett suena fiero, incluso un poco “broncas” a veces (“Don’t mess up with me/ I’m up for the fight”, canta en “Kinda fuzzy”). Así, los ritmosalegres a veces contrastan con un tono duro (como en el single “New alphabet”), como si el artista lo hubiera hecho a propósito. “Al principio salió de manera inconsciente, pero tengo que decir que he sido un luchador. Es una parte importante de mi “maquillaje” como persona. Y por eso aparece en las letras”

El componente agridulce marca de la casa también aparece en “You’re my friend”, donde E disecciona “sin sarcasmo, no estoy intentando ser sarcástico” la naturaleza de la amistad entre chico y chica: “Just when I think that I’ve handed you too much/ you always find the way/ to come through in the clutch”.

También está, de manera aún más marcada, en “On the ropes”, una de las mejores letras del disco, y en la cual el E ¿ficcional? dice no estar noqueado, pero sí contra las cuerdas. Y continúa: “Me queda lucha suficiente dentro de este corazón cansado/ quizá no consiga todo lo que arriesgo/ pero soy un hombre que siempre sale adelante”. Le pregunto si se trata de la canción más melancólica del disco…. “Aunque hay una tristeza en ella, no me parece una canción melancólica. Me parece una canción también esperanzadora y triunfante. No sabemos cómo termina la historia. Él no está “fuera de la carrera” y ha hecho todo lo que podía para ganar”.

 

Tanto en “On the ropes” como en la bella y atmosférica “The turnaround”aparecen elementos de “supervivencia” con los que sería fácil relacionar al artista: “I don’t remember how I got here/ or how long it’s been now/ a day or two, maybe more”…“En realidad esta canción no es una historia sobre mi, no es autobiográfica. Pero hay cosas en ella con las que me puedo relacionar. De hecho es algo con lo que todos nos podemos sentir identificados en algún momento de nuestras vidas. Si eres inteligente puedes hacer un esfuerzo para dar un giro a tu vida”.

 

Y si el disco no es de diez, pero sí de ocho, uno de los mejores momentos se encuentra al final. Me refiero al giro melódico, sección de cuerdas incluida, de “Wonderful, glorious”. “Nuestro batería, Knuckles, escribió la mayor parte de la canción. Y aunque después todos colaboramos, fue él quien la empezó, el resto de la banda fuimos dando pequeñas aportaciones hasta completar el tema y dar con el resultado final”.

Me parece entonces un buen momento para mirar al pasado y confesarle cuál es mi canción favorita del grupo. Está, por supuesto, en “Hombre lobo”, y se titula “Beginner’s luck”. Por su letra me parece una de las mejores canciones jamás escritas para ligar…But now I found you and I know that we will be/ so very happy, if you could only see/ that I was made for you and you were made for me”. De hecho, le cuento que la he puesto en bastantes CDs recopilatorios para chicas que me gustaban. Le pregunto cuál es su canción favorita para ligar, y Mr E ríe por primera vez en la entrevista. “¿Canción para ligar? (risas). No sé. No confío en mis canciones para eso. Sólo confío en mi encanto personal (más risas)”

La pregunta obligada es si vendrá a presentar el disco a España. Le comento que hay muchas ganas, sobre todo después del excelente concierto en el DCode Festival en junio de 2011, en el que el grupo, vestidos de esmoquin, mostró su lado más rockero. “Sí, me acuerdo de ese concierto. Fue muy divertido. No sé que esperar esta vez. Estamos a punto de solventar esa cuestión. Podría ser muy estimulante tocar las nuevas canciones en directo, así que podría ser interesante”

No puedo evitar terminar el artículo sin recomendar, si es que alguien aún no lo ha leído, el libro “Cosas que los nietos deberían saber”, de obligada lectura para todos los fans de la música. Le pregunto si, desde que lo publicó, hay algo más que le gustaría decir a los nietos. “Sí, voy a tener que escribir una secuela llamada “Cosas que los bisnietos deberían saber (más risas)”.

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Texto Miguel Díaz Herrero/ Carla Linares
Fotografía mike massaro
16-04-2013
Música