Mark Eitzel
Recientemente se ha nombrado a Mark Eitzel como uno de los mejores cantautores de la música independiente americana, y es que más de treinta años de carrera musical, han convertido a ese joven cantante de grupos punk de principios de los años 80, en un todo un profesional del jazz-pop. “Don´t Be a Stranger”, su último trabajo en solitario, ha tardado en ver la luz debido al ataque al corazón que sufrió Eitzel en mayo del año pasado.
Recientemente se ha nombrado a Mark Eitzel como uno de los mejores cantautores de la música independiente americana, y es que más de treinta años de carrera musical, han convertido a ese joven cantante de grupos punk de principios de los años 80, en un todo un profesional del jazz-pop. “Don´t Be a Stranger”, su último trabajo en solitario, ha tardado en ver la luz debido al ataque al corazón que sufrió Eitzel en mayo del año pasado.
Un percance que le obligó a retirarse durante casi nueve meses. Tras una esperada recuperación, y un premio de lotería de por medio, finaliza el proyecto aparcado. Un proyecto con el que el pasado mes de enero de este año, comenzó su gira por toda Europa; Bélgica, Alemania, Dinamarca o Croacia han sido algunos de sus destinos antes de llegar a España, donde le pillamos camino de Córdoba, su cuarta parada en nuestro país, para la realización de la siguiente entrevista.
Orense, Sevilla, Madrid... Han sido tus primeras paradas en España, conciertos incluidos en la Gira Europea de presentación de tu nuevo álbum “Don´t be Stranger”. ¿Cómo está siendo recibido por el público?
Al público le gusta, por lo tanto el álbum está teniendo una buena acogida. El público que acude a mis conciertos sabe a lo que va, les gusta mi estilo y por lo tanto el trabajo que realizo.
“Don´t Be a Stranger” es un álbum repleto de pura lírica sentimental, acompañada de una música que desprende melancolía, canciones como “I know The Bill Is Due” o “Nowhere To Run” son muestra de ello. ¿Por qué te gusta componer desde un área tan profundamente sentimental?
Cuando sientes tristeza y dolor, debes de transformarlo en algo bonito para poder afrontarlo, para soltarlo y poder superarlo. El sentimentalismo más eficaz se encuentra en estos estados de ánimo.
En Mayo de 2011, mientras te encontrabas en pleno proceso de producción de “Don´t Be a Stranger”, sufres un ataque al corazón que te obliga a dejar de trabajar. Afortunadamente te recuperas y en octubre de ese mismo año retomas la producción. ¿Cambia este acontecimiento algo en el álbum con respecto a la idea original?
En cuanto a lo que es el álbum, estaba ya escrito y compuesto antes del ataque, así que desde ese punto de vista no lo a cambiado, pero todo en la vida influye de alguna manera u otra así que físicamente, mi voz ha cambiado un poco desde el suceso y quizás en las canciones pueda sentirse la factura.
Once canciones conforman “Don´t Be a Stranger”, composiciones que en un principio estaban destinadas para un nuevo álbum de tu anterior grupo American Music Club. ¿Qué hizo que terminasen siendo tu nuevo disco como solista?
American Music Club terminó su etapa, varios miembros originales dejaron la música por incompatibilidad con su vida normal. Es cierto que las primeras maquetas que hice, fueron pensando en AMC, pero las consecuencias no lo permitieron, así que aproveché y realice mi propio trabajo en solitario. Me apetecía hacer algo sobre lo que tuviera pleno control y finalmente me di cuenta que si hubiese sido como se pensó, no hubiese funcionado igual.
Han pasado tres décadas desde la formación de American Music Club, tu banda más importante y en la que fuiste líder y cantante. Aunque fiel a ella, tu voz podía escucharse en otros grupos como The Tolling Midgets por ejemplo. ¿Cuál era la razón de esta “poligamia” de agrupaciones?
Es cierto que durante mi temporada con AMC participaba en otras bandas, pero todos los componentes de AMC teníamos otras bandas dónde trabajábamos otros tipos de estilos musicales. A todo artista le gusta probar otros sonidos, lo que otra gente hace. Supongo que es una forma más de aprendizaje.
En 1993, tras la disolución de American Music Club; decides dirigir tu trayectoria profesional en solitario. En 1996 lanzas tu primer álbum como solista: “60 Watt Silver Lining”. ¿Cómo viviste este momento?
Yo he escrito canciones todo el tiempo, y antes de la disolución de AMC, ya pensaba en sacar un disco en solitario. Por lo tanto lo viví igual que cuando trabajaba con la banda, no noté ningún cambio aparente.
A la hora de la realización de un nuevo álbum, ¿Qué es más emocionante, hacerlo solo o en grupo?
Actualmente, prefiero hacerlo solo. Es muy costoso y muy duro hacer un álbum en grupo. En solitario, a pesar de que sigue siendo igual de caro, no surgen las diferencias de opiniones y posibles enfrentamientos. Con “Don´t Be a Stranger” he podido realizar un álbum que me gusta al cien por cien, y todo gracias a un viejo fan de AMC que ganó la lotería y me ayudó económicamente en la producción. Gracias a él he podido permitirme el lujo de grabar con el productor y bajista Sheldon Gomberg.
En cuanto al proceso de producción que implica la creación de un nuevo álbum, desde las primeras ideas hasta el resultado final, ¿Cuál es la que parte que más te gusta y cuál te resulta más aburrida?
Para mí, todo el trabajo y proceso es importante. Me tomo muy enserio todo, ya que cuando escribo una canción, cuando creó un álbum, pretendo que todo fluya a la perfección. Pero si, tengo que confesarte que lo que más me gusta es escribir, el resto me cuesta más.
Tu estilo, definido como jazz-pop, se caracteriza por una música suave y una lírica muy íntima. Desde tu punto de vista ¿Cuál es el equilibrio perfecto entre música y letra?
Creo que no existe ningún equilibrio, ya que lo más importante es la música. Las palabras se escriben para que suene bien con la música que se ha compuesto. En definitiva, la letra es el complemento final de la música.
Gran compositor y cantante, con una carrera profesional intachable. ¿Qué es la música para ti?
La música lo es todo para mí. Me gustan las cosas sencillas de la música, me gusta toda la música que me inspira, que me diga algo. Me gustan The Beatles, Leonard Cohen,... Me gusta lo que yo hago, el jazz-pop. No me gusta nada el pop actual.
¿Dónde te sientes más cómodo: escribiendo o cantando?
Me siento mucho más cómodo escribiendo, ya que no tienes que preocuparte del dinero, del sonido, del tono... La única preocupación que tienes es la de crear cosas nuevas.
La prensa especializada americana te ha nombrado como “el mejor cantautor lírico vivo americano”. Con más de treinta años de carrera artística, el título está más que merecido. Pero, ¿debe un artista sacrificar algo para alcanzar este tipo de logros?
Por supuesto que sí, todos los éxitos requieren un duro trabajo. El proceso creativo es muy solitario, pero lo más sacrificado son las giras. Te pasas mucho tiempo fuera de casa viajando, no estás nada con los amigos, con la familia... Pero bueno, si quieres ser músico merece la pena ese sacrificio.
Para terminar, durante la época en la que viviste en Ohio y Reino Unido, entre finales de los 70 y principio de los 80, formaste tus primeros grupos, como “Cowboys” o “The Naked Skinnies”, ambos de estilo punk. ¿Qué mantienes de esta etapa en tu música actual y en tu vida diaria?
En esa época era un adolescente normal con amigos normales, que escuchábamos la misma música que todo el mundo: punk, David Bowie, Neil Young... De ese espíritu de entonces no queda nada de nada, desde 1977 ha pasado mucho tiempo, pero si que sigo escuchando algo de rock de entonces aún. Musicalmente, realizaba la música que estaba de moda en ese momento, el punk, del que obviamente en mi estilo no queda nada tampoco. (Risas).