Villamanuela:
Jodidos pero contentos.
El puente de octubre tenía alternativa a los ensayos del desfile patrio. Charlas, coloquios, tapas y centrándonos en los musical, un cartel muy potente, con importante presencia electrónica nacional e internacional y un destacado protagonismo de DJs y productores de la escena actual.
Era viernes por la tarde y el pelotazo de salida al festival lo daban los británicos Fat White Family en el Teatro Barceló. Los pantalones de Lias, líder vocal y espiritual, tras aguantar un par de envistes se mantuvieron en su sitio hasta el final del concierto, (más de una y de dos veces no ha sido así). El coutry-pop , el rock y el macarrismo amenazante de Lias pusieron la miel en los labios de quién se acercaba curioso a ver “a unos colgaos” y hizo las delicias de quienes íbamos directos a por el espectáculo. Una hora mal escogida que no dio más de sí para un show ansioso y altivo que pedía más energía y pogos en el foso de Barceló.
A estos les seguían las divertidas y legendarias ESG, que ya poco conserva de su formación original. Esperadas y aclamadas, demostraron su status en una primera y por el momento, última visita a España. Con influencias del hip-hop y dance, los neoyorkinos dieron en Madrid un recital divertido y simpático aunque sin demasiado brillo y poca técnica. Eso sí, ayudaron a fluir la cerveza en el cuerpo de los asistentes que aquí si se arrancaron con los bailoteos.
Mientras tanto y durante viernes y sábado El Cielo acogía las apuestas y propuestas nacionales, muy buenas propuestas. Entre ellas destacar Ocellot y San Senra.
Pero todo el buen rollo se quedó en Barceló, y el aforo se llevó el protagonismo del viernes noche, con un porcentaje mínimo de asistentes dentro de Sirocco y un número muy alto de gente haciendo cola en la calle. Estos últimos tuvieron que recurrir a la sala Yasta, que como es evidente, no ofrecía lo mismo que Sirocco.
La jornada del sábado se centró en lo que ya se preveía como “la noche de los Sonics”, Psycho y Have Love Will Travel, levantaron los pies hasta a los que tienen por norma solo agitar la cabeza. Además, recalcar que los nuevos temas de los Sonics no desmerecieron entre los clásicos.
Moon Duo y La Luz, cada uno en lo suyo, son también dignos de mención en esta noche.
El domingo se concentró en Joy Eslava. Por orden actuaron: el post-punk mitad disco mitad house de Golden Teacher, unos bizarros y desconocidos EEK feat. Islam Chipsy y un final y aclamado Lindstrom, otra de las apuestas más esperadas del festival que, las cosas como son, podría haberse esforzado más para poner punto y final a un Villamanuela que como se suele decir, nos deja jodido pero contentos. Un par de peros y una gran enhorabuena a una propuesta tan especial como necesaria.
Larga vida al Villamanuela, a los carteles con banda que aún no han pisado España o que hace tiempo que no lo hacen. Bravo también por la apuesta por bandas nacionales más allá de Lori Meyers y larga vida a las tapas, las tiendas y la cultura en la zona Maravillas, y en todos y cada uno de los barrios que forman Madrid.
Hasta 2016.