Nathan Fake en directo
No colgó el cartel de Sold Out pero la vitalidad del público presente fue incluso más satisfactoria que un pleno de venta de entradas. Mr. Fake, que de fake no tiene nada, vivió la hora exacta (ni un minuto más, ni un minuto menos) de su concierto en Madrid como si fuera el último concierto de su vida, con una pasión y un dinamismo dignos de un principiante que se quiere comer el mundo y seducir a un público que no está convencido y le está dando una oportunidad por primera vez.
No era ese el caso. Nathan Fake tiene ya un grupo de fans incondicionales que a las 9 de la noche se congregaban en la puerta de Shoko para darle una calurosa bienvenida. A las 10 y cuarto el inglés aparecía tímidamente en el escenario, como si estuviera desnudo física y mentalmente, una fragilidad que desaparecería a los pocos segundos de ponerse al mando de su synth para abrir con ese apabullante Degreelessness, primer single de su último trabajo.
Con movimientos de pecho a modo de baile, casi espasmos histéricos que no cesaron en todo el concierto, marca incondicional de sus directos,Nathan Fake nos acompañó en un viaje espacial con canciones como NowWeKnow, Play All o You Are Here. Cabe resaltar los magníficos visuales que custodiaron al inglés durante todo el concierto a sus espaldas en una gran pantalla, y que finalizaron con su nombre en letras grandes mientras un público entregado gritaba y aplaudía enloquecidamente.
Como si hubiese llegado de una nave espacial para dar a los humanos un recital alienígena, Nathan Fake se marchó de la misma manera que había llegado, silenciosa y discretamente. Levantó tímidamente la mano para despedirse y, corriendo, volvió a su cuna espacial, dejándonos disfrutando al resto de los terrestres de las mieles de un breve pero intenso concierto en los paladares.